domingo, 31 de marzo de 2013

HASTA SIEMPRE MANOLO, humilde homenaje


De pequeño tenía dos grandes sueños: tocar la guitarra y dibujar historietas. La guitarra la toco, mediocremente, pero me acompaña desde hace casi cincuenta años. Pero el dibujo... mi ineptitud es en un ciento por ciento. Sin embargo, pese a esa incapacidad de poder plasmar sobre un papel un diseño a mano, jamás dejó de impactarme, de maravillarme. Los dibujos de Dante Quinterno (Patoruzú, Isidoro, Ñancul etc.) y de Manuel García Ferré (Pi Pio, Anteojito, Antifaz, Pucho, Larguricho etc.) me sumergían en un mundo muy especial. Recuerdo que cuando iba a la casa de mis tíos, all{a en Piñeiro, Avellaneda, me pasaba horas enteras en el Escritorio del Tio Jaime creando historietas cuyos rostros hacía con el borde las monedas de un Peso (las viejas), y el cuerpo con palitos.
Dicen que a la vejez Viruela, y bueno, me inscribí para estudiar caricaturas y mi ansiedad desmedida me lleva a la impertinente actitud de crear unos personajes y, encima, publicarlos.
Don Quinterno se fue hace un tiempo ya. Y hace un par de días se nos fue Manolo (García Ferré). Este último me agarró mal parado y me pegó emotivamente.
Por eso, pidiendo las disculpas del caso a los grandes historietistas que tenemos, quiere unirme a ellos con mi dibujo imperfecto, pero lleno de emoción, el símbolo de un lápiz con una lágrima, extrañando la mano del Maestro.